Ciudad de México. En esencia, la intención de enviar 20 iniciativas de reforma constitucional al Congreso de la Unión es —en caso que sean aprobadas— devolver a la Constitución de 1917 “toda su dignidad, su humanismo y su grandeza”, planteó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde el Recinto Parlamentario de Palacio Nacional, el mandatario cerró su discurso de exposición de las reformas planteadas subrayando que éstas buscan que si en un futuro “los reaccionarios” regresaran al poder, les sea imposible cancelar los beneficios que conlleva su veintena de propuestas.
Refirió que las normas a la Constitución y nuevos derechos que dio a conocer esta tarde buscan reencauzar la vida pública por la senda de la libertad, la justicia y la democracia, “como lo demandaron y exigieron con sus luchas, nuestros antepasados y sus abnegados dirigentes”.
Y advirtió: “No olvidemos que si por nuestros errores, desidia o desviaciones, y valiéndose del dinero y la manipulación que llevan a cabo en los medios de manipulación, que no de información, los reaccionarios logran regresar al poder, que sea mucho lo que tengan que echar atrás, y que la regresión les resulte muy difícil, ardua, hasta el punto que les sea imposible el cancelar los beneficios que estamos estableciendo en bien del pueblo.
“Y que con esa certeza, si (en ese momento tocó con sus nudillos la madera del atril desde el que hablaba) regresan los corruptos, las nuevas generaciones puedan, llegando el momento, recuperar el camino de la justicia, la paz, la democracia y la soberanía. Pero no se malinterprete, no estoy hablando del futuro inmediato, hasta donde alcanzamos a ver y a oír en la calle, el porvenir vendrá acompañado de la justicia”.
Dijo que su reflexión va más allá de los próximos años, pues nada en política es eterno. “En la democracia se gana o se pierde y el pueblo es el que manda y si se equivoca vuelve a mandar”.
El jefe del Ejecutivo señaló que sus propuestas son, “a todas luces”, distintas y contrapuestas a las reformas que se aprobaron durante los 36 años del régimen neoliberal, cuando “jamás en ese oscuro periodo se pensó en beneficiar al pueblo, sino fundamentalmente en ajustar el marco legal para facilitar el despojo, la corrupción y la entrega de bienes del pueblo y de la nación a una minoría”.
Subrayó que nunca en las más tres décadas “de dominio oligárquico” se reformaron los artículos de la Constitución para procurar la justicia. “No hay nada que lo demuestre, todo lo aprobado por los legisladores en ese largo y nefasto periodo tuvo como distintivo el afán de lucro y el desprecio por las mayorías”.
Hoy, aseveró, se vive otro momento histórico en el país, y en caso de no actuar consecuentemente con los principios e ideales de los héroes y mártires nacionales, “nos juzgaría mal la historia”.
Se dijo consciente que el éxito de la transformación en marcha no depende exclusivamente de las reformas a la Constitución y a las leyes, sino que hay otros elementos fundamentales, como el cambio de mentalidad del pueblo, “lo cual en buena medida hemos conseguido entre todos y desde abajo, y que conocemos como la revolución de las conciencias, porque de ello depende en mucho evitar cualquier retroceso antipopular en el futuro”.
Refirió que el movimiento que encabeza predica y gobierna “con el ejemplo” y ha dejado de manifiesto “que somos partidarios del humanismo”.
Sin embargo, advirtió que sería un error que hubiera confianza y se deje pasar la oportunidad histórica “para hacer todo lo que esté a nuestro alcance con el propósito de alcanzar valores, ideales, y volver a imprimirle a la Constitución su carácter democrático y, sobre todo, eminentemente social”.
El Presidente exhortó a quienes forman parte de su movimiento a seguir avanzando y no dejar de luchar un solo día. “Pensemos siempre que nuestros esfuerzos y fatigas de la actualidad, fatigas de hoy, significan construir la defensa de lo alcanzado en beneficio de las nuevas generaciones, no perder el tiempo, no caer en el inmovilismo”
Finalmente, señaló: “En síntesis, mi propuesta es que nuestra generación honre el legado del Constituyente del 1917, de él recibimos una carta magna y a pesar de las graves adulteraciones que sufrió durante el neoliberalismo, nos ha resultado fundamental para recuperar el país, limpiar la podredumbre de las instituciones y reorientar al Estado para ponerlo al servicio del pueblo.
“Gracias a nuestra Constitución de 1917 hemos podido emprender esta hazaña nacional en forma pacífica y democrática, y ahora es justo y necesario, como nuestra aportación a la historia y a las nuevas generaciones: que le devolvamos a la Constitución del 17 toda su dignidad, su humanismo y su grandeza. ¡Que viva la Constitución de 1824, que viva la Constitución de 1857, que viva la Constitución de 1917. Viva la transformación, viva México, viva México, viva México”, cerró.