MIAMI – Cuando Puerto Rico empezó dando batazos largos en la misma primera entrada del partido de cuartos de final en el Clásico Mundial de Béisbol el viernes contra México en el loanDepot park y tomaron una ventaja de 4-0, parecía que los boricuas iban rumbo a su tercera semifinal seguida en estos torneos.

Sin embargo, desde la recuperación del abridor Julio César Urías en la lomita y un impecable relevo en equipo, hasta los batazos oportunos de los bateadores mexicanos en la séptima entrada y una espectacular atrapada del cubano Randy Arozarena, la tropa de Benjamín Gil enseñó una garra que la llevó hasta la victoria. De esa manera, México eliminó a Puerto Rico con casa llena en el estadio de los Marlins y se ganó el derecho de disputar la ronda semifinal por vez primera en su historia, el lunes contra Japón.

“Peleamos, peleamos, peleamos”, dijo Gil después del juego, abrigándose de una bandera mexicana. “El ajuste fue no rendirse. Seguir mirando hacia en frente. No importa qué tan duro sea el golpe”.

Con los puertorriqueños atacando a Urías con jonrones consecutivos de Javier Báez y Eddie Rosario y anotando esas cuatro vueltas en la misma primera entrada, se sabía que el juego iba a ser cuesta arriba para México. Sin embargo, Urías se repuso y mantuvo a raya a los boricuas en los siguientes tres capítulos. Luego, Javier Assad, Jo Jo Romero, Jake Sánchez y el cerrador Giovanny Gallegos limitaron a cuatro hits y cero carreras a la fuerte alineación boricua, desatando una gran celebración dentro del terreno y en el público entre la afición mexicana.

De su parte, Gil hizo una referencia interesante al mencionar un logro en el deporte mexicano hace justo 33 años, el 17 de marzo de 1990. Aquel día, la leyenda mexicana del boxeo, Julio César Chávez, iba perdiendo su pelea ante Meldrick Taylor, pero al final noqueó a su oponente de manera valiente.

Gil comparó de manera directa aquella victoria de su amigo Chávez con la de su equipo el viernes.

“Es imposible que un equipo mexicano se raje cuando ha habido otros guerreros mexicanos que no se dan por vencidos”, dijo Gil, refiriéndose específicamente a Chávez.

Los héroes ofensivos de México fueron el tercera base Isaac Paredes y el segunda base Luis Urías. El primero dio jonrón y luego sencillo de dos carreras. El segundo empujó con sencillo en la séptima entrada la carrera decisiva a favor del conjunto norteamericano.

“Somos un equipo que si no responde uno, puede responder el otro”, dijo Paredes. “Era un comienzo duro para nosotros, pero estamos muy unidos ahorita. Sabíamos que podíamos responder a la hora cero”.

En la historia del deporte mexicano, esto es lo más lejos que llegado una selección de cualquier índole en un evento de esta magnitud. Eso habla de la calidad del béisbol mexicano hoy en día, cuando presentan en el papel y ahora en el terreno el mejor equipo de su país en los anales del Clásico Mundial.

“Estamos disfrutando de lo que son capaces los jugadores mexicanos al nivel más alto”, dijo Gil. “Ahorita, creo que se puede decir tranquilamente que México puede competir contra cualquier equipo. Por lo menos este grupo de guerreros puede competir con cualquier equipo”.

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