#SonoraPower Por Demian Duarte

El jueves 23 de septiembre acudí a una sesión muy especial en el Congreso del Estado de Sonora, se trataba de apenas la sexta reunión ordinaria de la naciente 63 legislatura, sin embargo en el orden del día aparecía una de las que sin duda será una reforma trascendental en el trabajo de los diputados de la naciente “Cuarta Transformación” en Sonora.

El objetivo era dar paso a la legislación, reglamentación y legalización del matrimonio igualitario, ergo el llamado “matrimonio gay” o enlace entre personas del mismo sexo.

El autor tiene 31 años de experiencia en el periodismo

En el orden del día de la sesión el tema venía enlistado como punto número 5: “Iniciativa que presentan las diputadas Rosa Elena Trujillo Llanes e Ivanna Celeste Taddei Arriola, con proyecto de Decreto que reforma y deroga diversas disposiciones del Código de Familia para el Estado de Sonora”, así simple y llanamente.

Sin embargo sus alcances son mucho más profundos que una legislación, ya que representa un salto enorme para Sonora, una sociedad tradicionalmente conservadora, en la que la iglesia católica y los grupos de ultraderecha por décadas impusieron lo que se considera moral y políticamente correcto, que no es otra cosa que el apego a una anquilosada “moral cristiana”, muy respetable claro, pero ya anacrónica con las necesidades y realidad de una sociedad totalmente insertada en la modernidad y en la era global de las comunicaciones.

Se trataba en pocas palabras de poner terreno parejo para todas y todos los ciudadanos, los sonorenses, sin distinciones de ideología, religión, sexo o preferencias, como se asume debe ser un estado laico, con igualdad de condiciones para todos sus ciudadanos, sin que prevalezca el prejuicio o la religiosidad.

En la sesión era obvio que los grupos más conservadores representados ante el Congreso del Estado tratarían de poner objeciones, en especial los legisladores del Partido Acción Nacional, que creyeron por alguna razón que podrían hacer que legisladores de otras bancadas con “afinidad ideológica” votarían con ellos y podrían mandar la discusión (otra vez) para su análisis en comisiones y hacer de esto (otra vez) el cuento de nunca acabar.

Ese era el script, Alejandra López Noriega, Ernesto Roger Munro, María Sagrario Montaño, José Armando Gutiérrez de manera reiterada metieron a la discusión el enfoque del poco tiempo para analizar la iniciativa y todos los pretextos respecto a la técnica legislativa, el proceso de socialización y cuanta cosa se puedan imaginar.

En el garlito cayó la diputada del PRI Karina Zarate Felix, quien se sumó a ese punto, no votar en ese momento la propuesta de decreto que era promovida por la vía (muy válida además) de la “urgente y obvia resolución”.

Y es que el tema era urgente porque ya desde hace más de 2 años la iniciativa se había presentado, por parte de la diputada morenita Yumiko Palomares, sin embargo las trampas, tácticas dilatorias y corrupciones de la 62 Legislatura si logró mandar el tema a la congeladora, en una situación en la que cada vez que se llamaba a discutir el tema, los diputados integrantes de la Comisión de Derechos Humanos y la de Igualdad de Género convenientemente se ausentaban.

Además se estaba en desacato pues la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó a los diputados de la 62 Legislatura dejar de hacerse locos y discutir y votar el tema.

Celeste Taddei y Rosa Elena Trujillo

El asunto es que había órdenes de arriba, es decir desde la oficina de la gobernadora Claudia Pavlovich de no transitar en este tema, que en efecto plantea avances sustanciales en la agenda de libertades individuales, en una sociedad que tradicionalmente se ha distinguido por ser “asustona”, conservadora y preserva estas ideas y conceptos de mediados del siglo pasado, como el “temor a dios” como principal argumento, pero también con lo peorcito que tenemos, la homofobia, la discriminación a quienes piensan distinto, la burla manifiesta y el empeño de descalificar e incluso ridiculizar a quienes defendemos la causa de la igualdad.

Digamos que esa forma de ver y actuar corresponde con un núcleo de la sociedad, que está moral y políticamente derrotada, pero que continúa ahí agazapado, en busca de los resquicios que dan los avances democráticos para tomar acción y tratar de frenar el proceso de cambio que vivimos.

Incluso Alejandra López Noriega a modo de estrategia de amedrentamiento pidió que la votación respecto a quienes iban por la “urgente y obvia” fuera nominal, a fin de poner en evidencia a quienes impulsaban la causa igualitaria, pero creo que lejos de intimidar, esto motivó que el tema saliera adelante.

Los cálculos antes de la votación eran que los 14 diputados de morena, con sus aliados del PT (3), el PVEM (2) y el Panal (2) votarían a favor, también se sabía que el Movimiento Ciudadano con 2 legisladores votaría el tema a favor, lo que en teoría daba 23 de los 33 votos, es decir 2 terceras partes más 1.

No se sabía el sentido del voto de la diputada del PES, Paloma Terán, ni el de los diputados del PRI, Natalia Rivera, Ernesto de Lucas y Elia Sallard, tampoco como votaría la del PRD, de modo que ellos sumados al PAN representaban potencialmente 10 votos, insuficientes para frenar la votación

La sorpresa es que uno por uno los diputados fueron dando color y creo que fue la diputada del muy religioso y conservador Encuentro Solidario la que marcó la pauta con su compromiso y entusiasmo a favor de la causa igualitaria, de ahí se decantó la diputada del PRD Alma Manuela Higuera Esquer, quien se despegó de sus hasta entonces aliados legislativos y dijo que ella no vota al son que le toquen los intereses partidistas, sino los sonorenses.

Jorge Russo y Rosa Elena Trujillo, impulsora de la iniciativa, hicieron lo propio por el MC, lo mismo que Claudia Zulema Bours Corral y Brenda Lizeth Cordova Buzan, del PVEM; Fermín Trujillo y y Beatriz Cota Ponce del Panal también hicieron lo propio.

En ese momento llegó el voto a favor de Natalia Rivera, Elia Sallard y el coordinador de la bancada del PRI Ernesto de Lucas Hopkins, quien además pidió a quienes se oponían a la técnica legislativa, que ojalá al votar el tema del matrimonio igualitario en lo general y en lo particular a fin de conocer sus argumentos para oponerse.

Hasta aquí había 11 votos a favor y solo 5 en contra; sin embargo las sorpresas estaban por llegar, del PT Hiram Leobardo Solís Gracia (distrito 16 Cajeme) y de Morena Héctor Raúl Castelo Montaño (distrito 15 Cajeme) y Lis Arturo Robles Higuera (distrito 20 Etchojoa) decidieron salir del clóset y declararse conservadores.

Por la bancada del Morena los otros 12 diputados, comenzando por el presidente de la mesa directiva Jacobo Mendoza y la coordinadora parlamentaria Ernestina Castro votaron a favor, así como Próspero Valenzuela Muñer, Rafael Ramírez, María Jesús Castro, Ricardo Lugo, Oscar Eduardo Castro, Alicia Gaytán, Azalia Guevara Espinoza, Margarita Velez y por supuesto la promotora Celeste Taddei.

En el PT hicieron lo propio Karina Barreras y el coordinador Sebastian Orduño, quedando la votación respecto a la “urgente y obvia resolución” en 25 votos a favor y 8 en contra.

Acto seguido se procedió a “discutir” y en su caso aprobar lo importante, es decir el matrimonio igualitario y donde se esperaban largos debates los mariachis callaron, ninguno de los diputados de la contra se atrevió argumentar nada, nadie pidió voto nominal en la materia, simplemente la asamblea debió votar poniéndose de pie.

Una vez más hubo sorpresas, la presión del coordinador del PRI sobre las “diputadas dudosas” funcionó y Karina Zarate se sumó al SÍ, el PAN votó como se esperaba que votara el PAN, partido conservador al final de cuentas, en contra.

Sin embargo la sorpresa mayúscula la dieron de nuevo los diputados que disfrazados de progresistas pidieron el voto como candidatos de la coalición “Juntos Haremos Historia por Sonora” y a la primera de cambios traicionaron la confianza de los electores y le dieron la espalda a la propuesta de surgida de una de las diputadas de su movimiento.

Peor aún, Héctor Raúl “El Pollo” Castelo Montaño, Luis Arturo Robles Higuera (ambos Morena) e Iram Leobardo Solís Gracia (PT), dieron color y se sumaron a la ideología fascista y ultraconservadora que “distingue” a los neopanistas y que ha convertido a ese partido en un lastre para la democracia.

La pregunta es qué harán con ellos en su respectivas bancadas, porque ni un mes les duró el compromiso con la agenda de cambios sociales y políticos que aseguraron defenderían hasta con su vida.

Se muy bien que en el PT, un partido sin reglas ni compromisos no le harán absolutamente a Solís Gracia, pero mi duda y por eso hago la pregunta es ¿Qué hará Morena con los dos traidores que ya tiene en el Congreso?

El “Pollo” Castelo ya tiene antecedentes y he preguntado a muchos en ese partido cómo es que le permitieron volver a ser candidato y reelegirse, el segundo en discordia es totalmente nuevo, pero eso lleva a cuestionar ¿Cuáles son los criterios que se siguen en Morena para elegir candidatos?

Es obvio que con sujetos como los ya mencionados el cambio corre riesgos, pues aunque la votación se cerró con 26 votos a favor de la reforma y solo 7 en contra, está claro que no fue gracias a estos diputados que se convirtieron en traidores a la agenda de cambios sociales y políticos que promueve el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador a nivel nacional y que en Sonora representa Alfonso Durazo Montaño.

Correspondencia a demiandu1@me.com | En Twitter @Demiandu

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