Por su productividad académica, el impulso al conocimiento de frontera en su área de especialidad, así como en la formación de recursos humanos en la docencia y la investigación, entre otras, la alma mater otorgó el Premio Universidad de Sonora a la Trayectoria y Mérito Académico a Jesús Leobardo Valenzuela García.
La rectora María Rita Plancarte Martínez reconoció al académico homenajeado y dijo que su trayectoria de más de cuatro décadas, es una acumulación de sueños realizados durante el ejercicio de la docencia que surgen cada vez que entran al salón de clases o que se inicia un semestre.
“Esta trayectoria está compuesta de eso, de sueños, de lo que querías cada vez, cada semestre, cada momento que fuiste logrando y que se van acumulando gracias al tesón que uno pone, a la cooperación de los compañeros, a la cooperación indudable de la familia y a pertenecer a una institución generosa como la Universidad de Sonora, generosa como el propio homenajeado”, expresó.
La rectora dijo estar conmovida por la sencillez de Valenzuela García quien sólo atinó a brindar su agradecimiento a cada una de las personas que estuvieron a su lado durante su camino por la institución, haciendo realidad sus propios sueños.
“La Universidad brinda la oportunidad de ir construyendo esos sueños como fue para el doctor Leobardo construir la Maestría y Doctorado en Ingeniería Química; la generosidad de la institución se replica en su profesorado y la trayectoria que Leobardo ha logrado está construida desde su tesón, desde su interés no sólo con los estudiantes y el programa, sino por su interés de vincularse con la sociedad como profesionista”, añadió.
Plancarte Martínez destacó la importancia que para la Universidad tiene la entrega del Premio a la Trayectoria y Mérito Académico ya que engrandece al homenajeado y a la comunidad universitaria con su forma de trabajo durante 40 años.
“Quienes han concedido este premio, muestra en el homenajeado el modelo de profesor e investigador universitario que se da en el conocimiento, en la investigación, en los estudiantes y que se da a la sociedad.
“Esta tarea parece simple, la hacemos los profesores en esta Universidad todos los días; un día volteamos y ya han pasado 40 años y un día estamos en este lugar recibiendo una distinción que nos reconoce a todos, a todos los que hemos trabajado sin descanso por esta casa de estudios, por los jóvenes”, asentó.
Agradecimientos
En su momento, muy emocionado, Jesús Leobardo Valenzuela García agradeció a la vida, a Dios y a cada uno de los integrantes de su familia y amigos por haberlo apoyado y acompañado en cada uno de los pasos que dio durante más de cuarenta años para llegar hasta este momento en que la institución, sus compañeros de estudios, de trabajo docente y de investigación le han otorgado.
Así, mencionó una larga lista de nombres de compañeros y personal administrativo y de apoyo de la Facultad Interdisciplinaria de Ingeniería –antes División de Ingeniería-, así como del Departamento de Ingeniería Química y Metalurgia y de los cuerpos académicos consolidados de Metalurgia, Materiales y Medio Ambiente, además de sus estudiantes.
Así narró cómo es que comenzaron sus sueños que se fueron transformando en planes y luego en metas cumplidas desde sus estudios universitarios y sus inicios laborales que lo fueron llevando hasta formalizar la creación de una Maestría y un Doctorado aquí en la Universidad de Sonora para la formación de más y mejores profesionistas.
Trayectoria
Durante la ceremonia de entrega de este premio, Paul Zavala Rivera leyó una parte de la semblanza del doctor Leobardo Valenzuela quien nació en Esqueda en el año de 1955 del matrimonio formado por el señor Juan Valenzuela y la maestra Esther García y formando parte de una familia con siete hermanos.
Está casado con Patricia Guerrero, también académica en Ingeniería Química y es padre de cuatro hijos; Leobardo cursó sus estudios de secundaria en Nacozari y se hizo búho desde el bachillerato y luego la licenciatura; se integró a la Universidad de Sonora en 1981 como profesor investigador, luego de una corta experiencia como supervisor en la compañía minera de Cananea.
Luego estudió una maestría en la ciudad de Utah, Estados Unidos, y al regresar es el principal impulsor de la creación de la Maestría en Metalurgia Extractiva dentro del Departamento de Ingeniería Química, que fue la base de lo que ahora es el programa de Maestría y Doctorado en Ciencias en Ingeniería Química, entre muchas otras.
También se ha destacado en varias acciones en apoyo a la sociedad de diversas formas y algunas de carácter social, además recibir importantes reconocimientos y condecoraciones destacando el Premio Nacional de Educación en Ciencias de la Tierra en el año de 2007, otorgado por la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México, y el Premio Internacional 2007 PD Tecnología Award, otorgado por The minerales metales en materials society de Estados Unidos.
Durante la ceremonia, realizada en el auditorio del Centro de las Artes, estuvieron presentes integrantes de la administración institucional; los ex rectores, Manuel Balcázar Meza, Pedro Ortega Romero y Enrique Fernando Velázquez Contreras, además de docentes y personal administrativo y de servicios de diversas áreas de esta casa de estudios.