Derivado de las grandes afectaciones que dejó en todos los aspectos el sismo en la Ciudad de México en el año de 1985, en materia de infraestructura, por ley, todas las nuevas edificaciones deben de cumplir con el Reglamento de Construcción Antisísmico, y esto incluye a Hermosillo, aseguró Gema Karina Ibarra Torúa, académica del Departamento de Ingeniería Civil y Minas de la Universidad de Sonora.


Explicó que Sonora se encuentra en los límites de dos placas tectónicas, la de Norteamérica y la del Pacífico, que son los microsismos que se registran en la parte del Golfo de California, pero menores de cinco grados en magnitud.


“El estado está asentado en los límites de dos placas. En este límite tectónico, una se desliza hacia el norte, que es la placa Pacífico y forma un sistema de fallas en el Golfo de California y son los microsismos que han sentido algunas personas”, dijo.


Aseguró que la única zona de Sonora que se encuentra en unas de las últimas ramificaciones de la falla de San Andrés es el municipio de San Luis Río Colorado, pues está cerca del Valle de Mexicali; mientras que la ciudad de Hermosillo se ubica en las fallas del Golfo de California.

Se tomaron medidas
Recordó que, en 1985, el sismo que sacudió a la Ciudad de México fue de 8.1 de magnitud y el epicentro se localizó en el océano Pacífico, frente a la costa del estado de Michoacán, muy cerca del puerto de Lázaro Cárdenas, ​ aledaño a la desembocadura del Río Balsas, límite natural entre los estados de Michoacán y Guerrero. Este tuvo una duración de dos minutos.


Después de ese movimiento telúrico, se reformaron los Reglamentos de Construcción, y en Hermosillo todas las edificaciones que se utilizan como estructuras seguras en caso de algún accidente natural, como escuelas, iglesias y hospitales, deben de cumplir con el reglamento antisísmico.


“En este sentido, las construcciones nuevas deben de estar preparadas para un evento sísmico de las magnitudes que tocarían en la región. Obviamente, no se tiene la falla que se registra en la placa de Cocos, donde pueden ocurrir sismos grandes; actualmente, la sismicidad que se puede presentar en el Golfo no espera magnitudes muy grandes, pero todas las estructuras nuevas deberían de estar cumpliendo con el reglamento de construcción”, sostuvo.


Ibarra Torúa destacó que, en la Universidad de Sonora, se trabaja en adecuaciones de las estructuras para que puedan estar cada vez más seguras ante un sismo, pero en lo general hay instancias del gobierno que se dedican a la revisión de infraestructura y cumplir con las condiciones físicas establecidas en los reglamentos.

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