Sonora Power por Demian Duarte
CIUDAD DE MÉXICO.- Estuve en la presentación del Plan Nacional de Seguridad que diseñó personalmente la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y acerca de sus alcances, su visión y objetivos, debo decir que me dejó bastante satisfecho y tranquilo.
Dependiendo de donde usted viva la necesidad de que las autoridades pongan el acento en el tema de seguridad tiende a variar, sin embargo habrá que asimilar que el propósito fundamental de la existencia del estado como tal, es brindar seguridad a los ciudadanos.
Bajo esa perspectiva, la necesidad de pacificar al país, acabar con los focos de violencia y con la incidencia de homicidios, crímenes de toda índole, es una acción fundamental y por eso no sorprende que al cerrar la primera semana de gobierno, la presidenta haya decidido presentar este importante tema en apenas su quinta conferencia mañanera.
Claudia Sheinbaum sabe y entiende que la agenda de seguridad es una demanda en comunidades afectadas por el flagelo de la violencia y que en Guanajuato, Baja California, Guerrero, Chiapas, Jalisco, Sinaloa, Chihuahua, Estado de México y Sonora es un tema prioritario.
Los delitos de alto impacto que se han presentado en esos estados, y el hecho de que existan abiertas disputas entre grupos criminales por territorios, plantean este asunto con urgencia.
Ahora, tengo claro que la presidenta sabe exactamente como empezar con la estrategia, como ejecutarla, quien tiene que desarrollar cada labor y cuáles son los objetivos de corto, mediano y largo plazos.
El responsable de implementar el plan, coordinarse con los gobiernos estatales, con las corporaciones implicadas, sea en este caso la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina, la Fiscalía General de la República y las fiscalías de los estados, es un personaje que en el pasado ya le dio resultados controlando y pacificando la Ciudad de México, en este caso Omar García Harfuch.
Por eso, sus cuatro puntos me parecen lógicos, pero también esenciales: Ir a las causas de la violencia y la delincuencia, consolidar a la Guardia Nacional como corporación eje de la estrategia, implementar estrategias de investigación e inteligencia que permitan detectar zonas de riesgo, encontrar a objetivos criminales y entendimiento de los caldos de cultivo que generan la violencia en cada región; así como mejorar la coordinación con estados, municipios y corporaciones resulta fundamental.
Y claro solo presentarlos en papel, no da pie a que las cosas se resuelvan solas.
El hecho es que Sheinbaum está hablando muy en serio, está determinada a que los focos rojos dejen de serlo y lograr que se pacifique lo que se tenga que pacificar y se acabe, lo que se tenga que acabar.
La Estrategia Nacional de Seguridad tiene tres objetivos principales: disminuir la incidencia delictiva, principalmente, los homicidios dolosos y la extorsión; neutralizar generadores de violencia y redes criminales; y fortalecer la prevención y proximidad social de las policías locales.
Uno de los temas que trató la presidenta en la conferencia de ayer, es su experiencia con el plan “barrio adentro”, que se implantó en la Ciudad de México, y donde se fue casa por casa en las zonas de alto riesgo e incidencia delictiva de la capital del país, lugares donde realmente la lucha por sobrevivir llevaba a actitudes criminales, y ella, la presidenta, recordó como se analizaron los problemas de falta de empleos, deserción escolar, drogadicción y otros, y como se atendió el problema.
“Es decir, una estrategia integral focalizada que nos permita atender de manera integral a las familias y evitar que las y los jóvenes se incorporen a un grupo delictivo”, recalcó.
De hecho la presidenta habló del diagnóstico que se tiene de Guanajuato, un estado industrial, donde los sueldos son de los más bajos, donde hay altos índices de drogadicción, donde hay desempleo, altos niveles de deserción escolar, e incluso una de sus principales ciudades es donde más desempleo. En pocas palabras, el tejido social de Guanajuato está despedazado.
Al final, ese diagnóstico es repetitivo, y sí en Cajeme o en San Luis Río Colorado, o en Caborca, o en Tijuana, Chilpancingo, Ciudad Juárez o cualquier otro lugar que es foco rojo existe un fenómeno de violencia, tiene que ver con el abandono de la población, el atraso y la pobreza.
Por eso la visión de ir a las causas, atender la pobreza, impedir el deterioro urbano, promover el desarrollo humano, generar fuentes de empleo, son la esencia del plan.
Claro, no se debe dejar de ir tras los objetivos prioritarios, no se debe dejar de combatir a los generadores de violencia, no se puede permitir la impunidad.
Mire, el plan me gustó, lo que sigue es ejecutarlo, y para esto ya la doctora se reunió con el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, y ya el secretario García Harfuch y el gabinete de seguridad visitaron en Sinaloa al gobernador Rubén Rocha Moya.
Está claro, urgen los resultados.
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