Sonora Power por Demian Duarte
El reordenamiento del mercado aéreo de México va muy en serio y es que al igual que con otras inconsistencias características de la economía de consumo en nuestro país, las 3 aerolíneas nacionales están determinadas en minar y exprimir al consumidor al máximo posible.
No es posible que en temporada normal vuelos en rutas de alta demanda como Hermosillo-Ciudad de México se ubiquen entre 12 y 16 mil pesos el vuelo redondo y que encima los usuarios debamos soportar prácticas predatorias como el cobro por derecho de equipaje y el cobro por derecho de asiento.
La verdad es que la trilogía de Aeroméxico-Volaris-Viva Aerobús se pasan de la raya con sus clientes y esto obliga a tomar diversas medidas.
Uno de los hechos notorios es que a pesar de existir un nuevo aeropuerto totalmente funcional como es el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, las empresas de aviación se resistan tozudamente a utilizarlo y establecer más rutas y mayores frecuencias a los diversos destinos nacionales, siendo este más funcional y mucho menos saturado que el Aeropuerto Internacional Benito Juárez.
Este empecinamiento ha orillado al gobierno de la República a tomar medidas que motiven que las aerolíneas diversifiquen sus actividades y de manera reciente concesionó las operaciones de carga ahí, a fin de reducir la saturación del Benito Juárez.
Sin embargo no es suficiente la mayor comodidad, e incluso la rapidez probada con que se llega desde el centro de la capital del país al AIFA, yo hice desde el Zócalo a la puerta del nuevo aeropuerto 35 minutos en un Uber que tome a las 10 de la mañana, siendo que para llegar al Benito Juárez cualquier ruta me hubiera tomado más de 50 minutos.
Esa es una de las situaciones, sin embargo no es la única, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ya tomó la decisión de relanzar una aerolínea propiedad del estado, le quiere llamara “Mexicana de Aviación” y para lograrlo está dispuesto a pagar los derechos por la marca que ya existe y que fue la primera aerolínea de México.
Es una determinación necesaria, pues se requiere de un modulador del mercado, que en el estilo de hecho con Gas Bienestar, permita frenar las prácticas de oligopolio en que han incurrido las tres aerolíneas que operan, en perjuicio de los consumidores.
La realidad es que en la trilogía, se ponen de acuerdo para operar rutas, fijar precios, diseñar políticas absurdas y encarecer el servicio, de tal modo que la existencia de Mexicana de Aviación, con tarifas justas y rutas adecuadas, permitirá que la locura de los precios que actualmente opera, se frene.
México está por recuperar la categoría 1 en materia de aviación, lo que permitirá abrir nuevas rutas con los Estados Unidos, sin embargo esto también abre un área de oportunidad muy interesante.
El gobierno de la 4T ya planifica la liberación del espacio aéreo mexicano en un esquema de cabotaje, que permita a empresas de otras partes del mundo, sea Estados Unidos, Canadá, Europa, Asia e incluso Sudamérica, operar vuelos entre rutas nacionales, lo que se llama el “cabotaje”, lo que también podrá contribuir a la mejora de condiciones en precios y calidad del servicio para los consumidores.
Ya hay una iniciativa para regular tal medida en manos de la Cámara de Diputados, lo que promete un cambio de fondo en el mercado aéreo nacional, aunque de acuerdo con el presidente López Obrador, esta sería la medida final a asumir en medio de una sacudida al mercado de aviación en México.
Claro que las empresas de aviación que operan en exclusiva el mercado nacional ya pegaron el grito en el cielo, sin embargo es una medida que además de necesaria, se antoja adecuada para favorecer al consumidor.
Hoy en día el mercado aéreo mexicano es muy limitado, y dispone apenas de 363 aeronaves, que dan servicio de manera cotidiana a 290 mil pasajeros, si lo comparamos con lo que tiene Estados Unidos, con más de 5 mil 400 aeronaves que dan servicio a 2 millones 900 mil pasajeros, podremos entender el pánico que da a las empresas de la trilogía enfrentar la competencia de empresas como American Airlines o United, o bien a Luftansa o British Airways.
Sin embargo hacer accesible el servicio de transportación aérea a más mexicanos, en una población de 130 millones de habitantes es indispensable para garantizar el mejor desarrollo del mercado turístico interno y lograr una mejor conectividad.
Democratizar la aviación y ofrecer acceso a más pasajeros nacionales a los servicios de transportación rápida y cómoda, en un país en el que desaparecieron los ferrocarriles y en el que las enormes distancia entre el norte, el centro y el sureste separan a México en tres realidad distintas, es una estrategia que conviene a todos, excepto claro a los que monopolizan el servicio y pretenden hacer del transporte aéreo un asunto de estatus, al que solamente las elites pueden acceder.
Claro que los dueños de las aerolíneas ya pegaron el grito en el cielo, no quieren que les arrebaten el negocio con el que pueden seguir lucrando, sin embargo se trata de empresarios que abogan por el libre mercado solo cuando así conviene a sus intereses y que pretenden que se haga la voluntad de dios en los bueyes del compadre, cuando les toca a ellos.
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