El Banco de México (Banxico) reanudó, en su primera reunión de 2021, el ciclo de recortes a la tasa de interés, en línea con lo esperado por la mayoría del mercado.
La institución redujo, por decisión unánime, el referencial en 25 puntos base el jueves dejándolo en 4 por ciento, nivel en el que no operaba desde septiembre de 2016.
Esta es la primera reunión con Galia Borja, extesorera de la Federación, como subgobernadora del Banco Central, después de que sustituyó a Javier Guzmán Calafell.
El mercado se vio ‘tomado por sorpresa’ en noviembre cuando la Junta de Gobierno decidió pausar un ciclo de 11 recortes consecutivos a la tasa de interés, debido a un alza en la trayectoria prevista para la inflación.
El Banco Central mantuvo la tasa sin cambios en diciembre pasado, argumentado que continuar con un alto a las reducciones brindaría espacio para confirmar la trayectoria de la inflación hacia el rango objetivo de 3 por ciento +/- un punto porcentual.
Sin embargo, esa decisión fue dividida pues dos subgobernadores, Gerardo Esquivel y Jonathan Heath, votaron a favor de recortar el referencial en 25 puntos base. De hecho, Heath ya se mostró a favor de reducir la tasa en esa cantidad por dos reuniones consecutivas.
En las minutas de la reunión de diciembre pasado, Heath señaló que si la institución optaba por mantener el ‘freno’ a los recortes, se perdería la oportunidad de contar con una postura monetaria más acomodaticia.
Al respecto, Banxico señaló en su comunicado de política monetaria que la pandemia de COVID-19 ha significado una presión al alza en los precios de mercancías, pero a la baja en los de los servicios.
«Las expectativas de la inflación general para el cierre de 2021 aumentaron ligeramente y las de mediano y largo plazos se mantuvieron estables en niveles superiores a la meta de 3 por ciento», añadió.
La institución señaló que una mayor apreciación del peso o mayores medidas de distanciamiento social por el COVID-19 podrían provocar una tendencia a la baja en la inflación (en enero, se ubicó en 3.54 por ciento), mientras que un fortalecimiento del dólar y presiones de costos para las empresas pueden ocasionar un nuevo aceleramiento.
La decisión más reciente del Banco de México se da en el contexto de una caída de 8.5 por ciento del PIB en 2020, según la estimación oportuna del Inegi, y que es la peor contracción en casi 90 años provocada por la pandemia de COVID-19. Además, en el marco de una desaceleración constante en el ‘rebote’ que la economía del país experimentó tras el reinicio de actividades en junio del año pasado.
Si bien el crecimiento económico no está dentro del mandato único del Banxico, los recortes a la tasa de interés pueden aumentar el consumo interno y, con ello, servir de impulso para el PIB.
Al respecto, el Banco Central señaló que durante el último trimestre de 2020, la actividad económica nacional mejoró a un ritmo «ligeramente» mejor del previsto.
«Si permanece por debajo de los niveles previos a la pandemia, en un entorno incierto y con riesgos a la baja», agregó.
A esto se suma también el recrudecimiento de la pandemia: en enero, México registró su mes con más muertes por el nuevo coronavirus (32 mil 729) y el número de estados en semáforo rojo, el nivel de máxima alerta, pasó a más del doble.
Además, la vacunación en el país se encuentra prácticamente detenida, a la espera de nuevas vacunas.