Sonora Power 2021
Por Demian Duarte
Quizá ya pasaron suficientes días para que se disipe el polvaderón que levantó la tumultuosa jornada electoral del 6 de junio pasado, para comenzar a vislumbrar cómo es que viene el nuevo orden de las cosas a Sonora, luego de que además quedó claro que la elección lejos de estar pareja, fue una paliza de principio a fin.
Los 157 mil 500 votos de diferencia que sacó Alfonso Durazo Montaño la verdad es que son suficientes para marcar una diferencia fuerte y permitir que se convierta en el gobernador con mayor legitimidad y fuerza del que se tenga memoria en el Sonora moderno, pues haciendo comparaciones, lejos está de los 24 mil 762 votos que sacó Claudia Pavlovich de Javier Gándara, o de los 39 mil 697 de Guillermo Padrés a Alfonso Elías, mucho más de los 7 mil 923 que sacó Eduardo Bours a Ramón Corral.
Es decir el pueblo de Sonora se manifestó, Alfonso Durazo Montaño ganó las elecciones a gobernador de Sonora con un total de 496 mil 651 votos y aunque muchos podrán alegar un bajo índice de participación ciudadana con el 42% de los votos posibles emitidos, la realidad es que aún en esa circunstancia, la elección de Sonora toma niveles de escándalo, si observamos como en la recta final el status quo y la oligarquía intentaron incidir en una elección que a todas luces ya estaba definida desde antes de comenzar.
Morena y sus aliados arrasaron con el tablero, tan es así que lograron triunfos en los 7 distritos federales, en 17 de los 21 locales, lo que le dará al próximo gobernador mayoría en el Congreso del Estado, pero también ganaron 22 municipios, muchos de ellos considerados clave.
Habrá quien observe que la piedra en el zapato de la 4T en Sonora es Hermosillo, el principal mercado electoral y seguramente tendrá razón, Morena en Hermosillo perdió —por las circunstancias que sean y con el panorama jurídico presente— 3 de 6 diputaciones y la alcaldía, aunque rescató triunfo por la gubernatura y los 2 distritos locales en manos de Lorenia Valles y Wendy Briceño.
Sin embargo también ganó Cajeme, Navojoa, Guaymas, Nogales, San Luis Río Colorado, Agua Prieta Etchojoa y Huatabampo y esto pinta una nueva era para la entidad.
Desconozco qué sucederá con la impugnación que hará Celida López en el caso de Hermosillo y tengo claro que es una medida aprobada y aún impulsada por el líder de Morena y gobernador electo Alfonso Durazo, que bien podría tener o no éxito.
Sin embargo sí que está sacudido el escenario y para comenzar hay que asumir y entender Morena es el nuevo rey del escenario político, el partido mayoritario y el que las manda cantar. El PRI y el PAN están obligados a hacer ajustes y relevos en sus dirigencias, porque los actuales líderes, Ernesto de Lucas y Ernesto Munro están apestados, se equivocaron, dilapidaron el escaso capital político que tenían y se fueron a una alianza malsana, en la que además encaminaron a Ernesto Gándara Camou.
Creo que Manlio Fabio Beltrones perdió el santo y la estampa en las elecciones, pues se demostró que de aquella fortaleza que tuvo, solo quedan las ruinas y aunque sigue encabezando enormes negocios en Sonora, su época como amo y señor ya terminó.
Naturalmente habrá quien diga que la hazaña fue rescatar Hermosillo con Antonio Astiazarán, sin embargo creo que es una victoria pírrica, aunque victoria al fin, en la que invirtieron todo su capital y que deja al panismo bien parado, más no al PRI, pues no olvidemos que “El Toño” abjuró de todo lo que es el tricolor y le juró fidelidad a la camiseta blanquiazul y sí hubo quienes en el neopanismo se empeñaron en hacerlo candidato y sacar la presidencia municipal a sangre y fuego.
Lo lograron, de hecho lo que sé acerca de ese tema es que desde la Ciudad de México la señal de quienes impulsaron la alianza del PRI-PAN-PRD fue olvidarse de la gubernatura y del resto de Sonora y concentrarse en la alquimia que permitiría sacar Hermosillo, como único y último refugio.
Lo lograron, pero con costos muy altos, pues ahí hubo de todo, por lo que el riesgo de que ese triunfo se caiga, es mucho muy alto.
Ahora que se despeja la bruma, ya podemos hablar de ganadores y perdedores, y claro Morena y su clase política aparecen en todo lo alto, el PRI está en el infierno y dentro de poco vienen los ajustes de cuentas en ese partido, el PAN quedó igual que como estaba e incluso con diputados y la perspectiva de repartir posiciones en el eventual gobierno de Hermosillo. De modo que esa representación de la mafia del poder (mafia del joder le digo yo en Sonora) que encabeza Javier Gándara Magaña parece haber sobrevivido al aluvión, aunque con saldos en contra como la derrota devastadora del sobrino Arturo Fernández.
Lo que si me queda claro es que esos ajustes de cuentas vienen también a los medios de comunicación filopriistas, pues se demostró que su sindicato de opinólogos, columnistas, analistas, medios y demás, no sirven para maldita la cosa, porque al final nadie les cree.
Por supuesto hay alcaldes que crecieron al lograr su reelección, pues tienen el escenario a favor, comenzando por Santos González Yescas en San Luis Río Colorado y siguiendo por Alfonso Montaño Durazo en Agua Prieta; aunque Javier Lamarque toma proporciones de gigante por el modo en que ganó en Cajeme.
Celida López Cárdenas, aun en la amarga derrota crece como activo y dependiendo del resultado de su impugnación, tiene 2 caminos, uno (el más difícil) es volver al cargo, pero el otro es convertirse en secretaria de estado, donde dependiendo del cargo podrá consolidarse o incluso crecer políticamente.
Por supuesto Jacobo Mendoza Ruiz, el candidato a diputado más votado y quien ganó con mayor proporción de votos, va que vuela para coordinador de la bancada mayoritaria de Morena en el Congreso del Estado y él será quien co-gobierne con su antiguo camarada Alfonso, ejerciendo una dupla de poder a poder, que dará un aura de invencibilidad a la 4T en Sonora, desde el Ejecutivo y el Legislativo.
Así sea…
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