Sonora Power por Demian Duarte
La elección en el municipio de Rayón en la sierra de Sonora podría cobrar una relevancia a nivel de impacto profundo en la vida política en México, y es que un resultado totalmente fuera de toda norma, parece estar moviendo la manera en la que podremos entender la política electoral en este país en el futuro.
En Rayón la elección del 2 de junio se dirimió entre un candidato ciudadano y uno que registró la coalición del PRI-PAN-PRD con un resultado sorprendente.
El Ciudadano, en este caso Heriberto Grijalva Vázquez, pidió a los ciudadanos de su comunidad que votaran por él, luego de que le Hera negada la candidatura de parte del Movimiento Ciudadano, él mismo registró una planilla ante el Instituto Estatal Electoral y del Participación Ciudadana y después hizo una campaña casa por casa, de puerta en puerta, conversando con los habitantes de su municipio y pidiéndoles que anotaran su nombre en el espacio reservado para emitir el voto por un candidato no registrado.
En la otra esquina su primo lejano Alejandro Luis Grijalva Robles, se presentó a la contienda por la vía tradicional, postulado por la mencionada coalición, él si apareció en la boleta.
El resultado el 2 de junio fue de 711 votos para Heriberto y 651 para Alejandro Luis, una situación extraordinaria, que sin embargo se presentó en las elecciones del 2021 en el municipio de Cucurpe.
En aquel momento la autoridad electoral municipal le concedió el triunfo al candidato ganador del segundo lugar, aduciendo que no existía en ninguna parte el fundamento legal para reconocer al ganador, por no tener registro.
En la elección de Rayón de este 2024 ocurrió lo mismo, es decir el Consejo Municipal Electoral entregó acta de mayoría a Alejandro Luis Grijalva, ganador del segundo lugar, sin embargo Heriberto Grijalva se inconforme y llevó el caso a oídos del Tribunal Electoral de Sonora.
En esa instancia la decisión fue la anulación del proceso, a partir de la visión de que quien gana en el voto ciudadano, es quien debe gobernar, no el segundo lugar haciendo valer la visión del sufragio efectivo.
El magistrado presidente del Tribunal Electoral, Vladimir Sánchez Anduro fue quien estudio el caso y desarrolló el proyecto, partiendo del siguiente argumento:
“Se propone declarar la invalidez de la elección de Rayón, Sonora. El principio Constitucional de autenticidad de la elección prescribe que debe existir una correspondencia entre la voluntad de los electores y el resultado de la elección. En el caso concreto de la elección del Ayuntamiento de Rayón, Sonora, de las constancias que obran en el expediente se tiene la certeza de que la ciudadanía votó mayoritariamente por la opción de la candidatura no registrada, sin embargo, la autoridad responsable entregó la Constancia de Mayoría y Validez a la candidatura registrada que obtuvo el segundo lugar de la votación y no refleja las preferencias del electorado”.
De acuerdo con la resolución del Tribunal Estatal, el aspirante “tendría que competir como candidato Independiente”, ya que esta es la única vía para quienes rechazan competir por medio de un partido político, como es el caso de Heriberto Grijalva Vázquez.
En ese sentido tras la anulación, corresponde al Instituto Estatal Electoral organizar una elección extraordinaria, sin embargo el candidato “afectado” por la resolución, y quien fuera declarado ganador por el Instituto Municipal Electoral decidió llevar el caso al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, de tal suerte que la conclusión del asunto electoral, pasa por la resolución que los ministros de la Sala Regional con sede en Guadalajara puedan tomar.
Heriberto Grijalva ha dicho ya que se prepara para competir como candidato independiente ante los candidatos que puedan definir los partidos políticos en contienda.
Más allá del resultado, creo que es importante observar el caso, un asunto que de hecho pude poner el 12 de junio a la vista de uno de los principales luchadores por la democracia en este país, es decir Andrés Manuel López Obrador, quien respondió:
“Que confíen en Alfonso Durazo, él puede dar su opinión, con apego a la legalidad, al marco legal de Sonora, lo que establece la Ley Electoral es extraordinario, es un fenómeno, ya hizo historia, es digno de reconocimiento porque lo quiere la gente, nada más poner el nombre en el espacio no es fácil es complicado y ya cuando cientos de ciudadanos hacen lo mismo pues es una personas que merece respeto, ya debe sentirse orgullosísimo. Le puedo mandar a decir es como pegarle un home run a Mariano Rivera bateándole una recta cortada, así y lo felicitas, ya la otra cuestión ya tiene que ver con la legalidad”.
Con este comentario del presidente, el asunto de Rayón en Sonora pasó de ser una efeméride regional a un asunto de discusión nacional, y es que en México las leyes y normas políticas están hechas para uso y disfrute de una creciente partidocracia, que se ha apropiado del camino para llegar al gobierno o a los poderes, impidiendo a ciudadanos con verdadera vocación de servicio acceder por otra vía que no sea la militancia y corresponder a la visión y necesidades del sistema de partidos.
Y mire, se gastan miles de millones de pesos cada año (aunque no haya elecciones) en el sistema de partidos y en el sostenimiento de una estructura dedicada a organizar elecciones como es el INE y los organismos electorales de los estados.
Y es inquietante, porque al ciudadano cada 3 o 6 años, según sea el caso, se le convoca a participar en las urnas para elegir diputados, alcaldes, diputados federales, gobernadores, senadores y Presidente, siempre con la oferta de que su voto se hará valido.
Reconocer el camino de un ciudadano frente a la partidocracia reinante como opción de gobierno, puede resultar una herramienta muy poderosa para hacer crecer y consolidar el poder del pueblo.
Este país ya cambió y lo hizo para bien, los ciudadanos tenemos confianza, pero también ánimo de participación y lo sucedido en Rayón, Sonora, un municipio de apenas 1 mil 500 habitantes, puede plantear un antecedente que podrá transformar el modo de hacer política en México.
El poder debe ser para el pueblo, no para los partidos.
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